martes, 23 de septiembre de 2008

PUTAS




Por su interés, reproduzco el artículo publicado en el blog de Sánchez Dragó sobre las putas. http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/19/dragolandia/1221819163.html

19 de septiembre de 2008.- Lo uno va siempre acompañado por lo otro.
Me indigna, pero no me sorprende, el estúpido linchamiento mediático (y metódico) al que está siendo sometido el señor Revilla, presidente de Cantabria, por haber dicho en público verdades de a puño que infinidad de varones dicen en privado.

Y si digo varones es porque las mujeres no suelen hablar de esas cosas. Yo también fui de putas por primera y no última vez cuando tenía dieciocho años. Sucedió en Mérida. Habíamos ido allí un montón de chicos, y alguna que otra chica, de la Facultad de Letras de la Complutense para representar 'Medea y Las nubes' en el teatro romano de la citada localidad. La primera actriz era Maritza Caballero, que después se haría célebre. En el elenco figuraba también un jovencísimo Gonzalo Suárez. Nos acompañaba, entre otros personajes de cierto relumbrón, Alfredo Marquerie, crítico teatral de 'ABC'. Dirigía el cotarro José María Saussol, de la estirpe de los Oliart. José Ramón Marra-López, que luego publicaría un libro, relativamente famoso, dedicado a la narrativa de los escritores españoles en el exilio (Sender, Max Aub, Dieste, Massip, Serrano Poncela…), era el traspunte. Conservo una foto memorable de aquella aventura.
Me gustaría reproducirla aquí, pero no la tengo a mano. Anda por Soria, y yo, desgraciadamente, estoy en Madrid. Mañana me largo.

Aquella casa de putas, por cierto, era fantástica. Tenía dos pisos. En el segundo, por un duro (¿o eran siete?) se follaba. La habitación en la que yo lo hice tenía una claraboya que daba a un pasillo, y por ella, de vez en cuando, se asomaban quienes lo recorrían y nos jaleaban.
En el primer piso, que lo era de respeto, había una enorme mesa de camilla, alrededor de la cual se sentaban los clientes, los mirones, los espontáneos y las pupilas del burdel. La tertulia, en la que se hablaba de todo, de fútbol y de Platón, de Franco y de Carrillo, duraba hasta el amanecer. Para repicar en ella o, simplemente, escuchar lo que se decía, pellizcando en el ínterin a las chicas, si se dejaban, había que pagar una pela.

Revilla tiene razón: casi todos los hombres, en aquella época, echaban sus primeros dientes sexuales entre los brazos de una puta. O de las criadas, quienes las tenían.
Así era, guste o no guste la afirmación a los tiquismiquis monjiles de la corrección política y sus infinitas variantes.

¿Qué pasa? ¿Qué ahora no hay putas? ¡Pero sí somos, según las estadísticas, el país de Europa donde más abundan las gentes de ese gremio!
Y si hay putas, será, digo yo, porque alguien va con ellas.

¿Qué hacemos? ¿Los multamos, como en la Barcelona del Estatuto y en la Italia de Berlusconi? ¿Los desposeemos de sus derechos civiles? ¿Ponemos su foto en las comisarías con mandato de busca y captura? ¿Los llevamos a un programa de telebasura?
Quienes tienen miedo de la verdad es que viven en la mentira.

sábado, 26 de julio de 2008

ÚLTIMO ARTÍCULO EN MÁLAGA HOY

POR fin los papeles andan reflejando un debate que siempre quise plantear. Se habla en estas fechas mucho de reinventar la ciudad, de regenerar la mole extensa de piedras a la orilla del mar y disfrutar de callejuelas y bulevares. Una cuestión que puede relacionarse con la pasada celebración de la Noche en Blanco, de la que aún perduran los ecos y que ha conseguido algo: hacernos soñar con lo que, con un poco de esfuerzo ciudadano, pudiera llegar a ser esta ciudad que se obceca en la Capitalidad Cultural cuando, todavía, no ha solucionado los últimos parches de su maltrecho espíritu urbano.

Queda el regustillo amargo de la Noche en Blanco que vivió esta ciudad, en la que, como en la canción Fiesta de Serrat, fuimos moderadamente felices hasta que al sol le dio por salir, y el espejismo de Europa se desvaneció entre el chaparrón tardío de mayo que a los culturetas empapó de estoicismo y sabia desesperanza. La Noche en Blanco, sí; la venían exigiendo los de la tribu del palabrismo y a Málaga le regalaron por mayo una vigilia insomne de museos abiertos que desafiaban al tabernero y al niñato etílico.

Fuimos Europa cuando el arte se hizo nocturno y la lorquiana oscuridad se enredó entre quienes supieron ver una ciudad que nos reconciliaba con las vanguardias y la esencia etérea de la cultura. Entre el barroquismo de las fachadas y el suelo marmóreo del centro se aspiraba, aunque sólo fuera efecto de trasnochar, a un europeísmo que, si acaso, sólo sentimos contemplando esta ciudad desde las alturas. Queremos ser Europa, y no hay duda de que lo estamos consiguiendo; aunque, más allá del empeño político, más allá de que los poetas pidan recuperar la ciudad como complemento al alma, hay aspectos ínfimos que impiden esa meta final de convertir el Parque en Hyde Park y la desembocadura del Guadalmedina en una ría bilbaína, más mediterránea y menos herrumbrosa.Falta camino para la Capitalidad, algunos senderos escondidos por los que hemos de transitar. No es nada desdeñable la cantidad de museos que jalonan Málaga, pero para la cultura, para la cultura con mayúsculas, no es suficiente con un programa de exposiciones bien completo. No, una urbe que aspira a ser capital europea de la cultura precisa de un nuevo modo de entender el ocio: civilizando el tiempo libre. Varias son, pues, las soluciones que salen al paso para que el objetivo de ser el faro de la Europa cultural llegue a buen puerto.

Resulta ideal que una noche al año los museos abran y los lienzos salten a la calle, sin embargo, para que se consolide la oferta cultural debemos recuperar el alma de ciudadanos activos, convertir la ciudad en espacio interminable donde las tertulias se mezclen con los bohemios y la otra Málaga nos enseñe sus costuras de dignidad. Es necesario aprovechar el bendito clima del que gozamos, y que las instituciones pertinentes, de una vez por todas, acaben con esa norma incomprensible de echar a las dos el cierre de las terrazas, pues es bien sabido que en ellas late el aliento de la urbe, su creatividad. Hay, por así decirlo, una negación del espacio público de la ciudad en el sentido de ágora, como bien acertó a diagnosticar el maestro Álvaro García. La villa va necesitando de noche, de alegría incluso, y eso no se consigue más que trasformando algunas costras de la personalidad urbana que pueden ser modificadas sin grandes tragedias, como el poner una tapita gratis con la bebida o promover pubs donde poder disfrutar de buen jazz.Vivimos, salvo excepciones en el calendario, una perpetua negación de esta ciudad que pretende desde las altas instituciones tener ínfulas de Alejandría.

Al malagueño la cultura le resulta algo burocrático, muy lejos del matiz esencial de ocio que las actividades del intelecto han de poseer.Toda esta movida de la Ciudad en Blanco, creemos que contraria a la ciudad automática de Camba, lleva a cuestionar muchos vicios nuestros que, por decirlo de alguna manera, confirman el no de la ciudad: la falta de cohesión o, incluso chauvinismo, que sólo demostramos de manera excepcional en las fiestas de guardar.

El problema del desapego del malagueño de la cultura no responde a la ambición de los políticos, cuya implicación ha sido absoluta y generalmente intachable en cuanto a vivir la capital concierne; debe ser cada malagueño quien sea capaz de imaginar una nueva ciudad, de dignificar con creatividad las cuatro esquinas cotidianas y convertir, de una vez por todas, la ciudad de Picasso en un botellón de las artes y las letras. Las ciudades del continente languidecen en la pálida niebla centroeuropea mientras que aquí la vida tiene el extraordinario sabor del Pimpi Florida: aprovechemos eso, inventemos una ciudad nueva: pongamos el fervor del Jueves Santo en crearle a la ciudad un alma festiva, liberal, culta en suma. Es cuestión de todos que nos amanezca por el centro recitando a Bécquer y nos pongan una tapa por cada bebida. Es, incluso, una prioridad cívica.

lunes, 23 de junio de 2008

PORQUE LO MERECEMOS

Porque lo merece mi España, porque son muchos sufrimientos. Porque este país necesita unirse de una puta vez y que la gente de izquierdas, de una puñetera vez, se ponga del lado de ESTE GRANDÍSIMO PAÍS.

PODEMOS, VIVA ESPAÑA, VIVA EL ROJO

miércoles, 7 de mayo de 2008

TESTIGO DIRECTO. SECCIÓN. NUEVO PERIODISMO

Aunque contrarie a mi amigo "mundano" de un blog cercano, los periodistas de izquierdas también hacen buenos reportajes. Éste es de Maruja Torres, que como columnista me recuerda a las redacciones del borracho de mi barrio, pero como cronista y ejemplo de "TESTIGO DIRECTO" ha creado escuela. Será que EL PAIS no paga por la "última".


Hacia las dos de la tarde -una hora menos en España (11.00 GMT)- jóvenes chíies y presumiblemente de Hezbolá, el Partido de Dios, arrancaron desde el municipio de Ghobeiry, situado en los barrios del sur de Beirut -que en el verano de 2006 fueron duramente bombardeados por Israel-, dispuestos a invadir la capital con su alegría de pobres que por fin salen en los telediarios. Iban en moto.

Más tarde, los veteranos se dirigieron a la autopista que conduce al aeropuerto con bulldozers y camiones.

Para entonces, Beirut ya era algo más que una ciudad fantasmal sobre la que se levantaban las humaredas producidas por el incendio de neumáticos y contenedores de basura que cortaban las principales arterias. La zona cristiana de Tabaris, a pocos cientos de metros de lo que fue la Línea Verde de la guerra mayormente civil que asoló el país de 1975 a 1990, era un hervidero de tanques y personal militar y policial. "Vaya usted a donde quiera, señora", dice el sargento tras contemplar con esmero -y casi con ternura- mi acreditación. "Pero yo no se lo aconsejo. Ellos no le dejarán pasar".

Ellos y nosotros, así funciona. No en dos bandos, en más. Me telefonea un amigo druso: "Mis primos y yo no podemos salir de casa. Cola ha sido tomada por encapuchados que nos piden el carné de identidad". Cola es una parte de la Corniche el Mazra -por la mañana ha habido alli intensos tiroteos; quizá también por la noche-, que se llama así porque antiguamente albergaba la fábrica de Coca-Cola. Luego el barrio se infló de chíies y se pusieron todos a beber Pepsi, que a su juicio no es una marca judía.

Ha habido un momento por la mañana, antes de que los motorizados de Hezbolá se dirigieran a la manifestación, antes de que la oposición -los propios partidarios del Partido de Dios y sus aliados, los cristianos maronitas del ex general Michel Aoun, los chíies de Amal, el movimiento del presidente del Parlamento, Nabih Berri- marchara por la autopista del aeropuerto, con tiendas de campaña, dispuestos sus miembros a iniciar una sentada similar a la que protagonizan desde hace más de un año y mantiene cadáver el Parlamento? Antes, cuando creíamos que íbamos a vivir una jornada más de algaradas, pero sin consecuencias? Antes, los soldados habían soltado el aliento, los policías de máxima seguridad se regocijaban saludando a esta española y ofreciéndole agua. Poco después, a eso de la una del mediodía, la cosa no se puso para bromas.

Había tiroteos en diferentes puntos de la ciudad. Luchas interpartidarias que brotaban como las flores lavanda de algunas acacias, como las gardenias en los balcones. Puntualmente. ¿Querían decir algo? Cerca de mi casa, en Corniche el Mazra, en la sede de un periódico -Futuro-, del movimiento del mismo nombre, en el bloque gubernamental, liderado por Saad Hariri. Llamadas a la calma. Olor de pólvora en las calles, rumores de heridos. Imposible comprobar nada, yendo de un punto a otro caminando -la ciudad, cada vez más vacía; los vigilantes, más recelosos, con más nervios-, salvo eso: el olor del miedo y de la pólvora suelta, todavía confundible con el olor de una verbena.

Son las 17.30 horas en Beirut, una menos en la península y dos menos en las islas Canarias, y de vez en cuando rasgan el aire ráfagas de metralleta -a 500 dólares un Kalashnikov de la guerra antigua: hace un año costaban 50-, y la cosa parece no ir ni a más ni a menos.
Decepcionante para Occidente. Esto no es Irak ni es un tsunami

miércoles, 30 de abril de 2008

Mayo del 2008


El 14 de marzo de 1968, hace cuarenta años, el periodista francés Pierre Viensson-Ponté escribió en “Le Monde” un artículo que tituló “Cuando Francia se aburre”. En él lamentaba la apatía en la que vivían los jóvenes franceses mientras, fuera del territorio galo, las calamidades ahogaban el planeta. Los estudiantes contestaron al periodista con el mayo francés, con el mayo del 68, y se acabó el aburrimiento, durante un tiempo al menos.

Hoy los jóvenes españoles combaten el aburrimiento de una sociedad acomodada con botellones y videoconsolas. No se huelen revoluciones tras este artículo.

(Aula Magna Almería nº58)

sábado, 29 de marzo de 2008

Mi Madrid para Umbral, de "Los Cuadernos de Luis Vives"


Madrid, que estaba a dos horas de tren, era la meta de mis sueños. Madrid eran los recuerdos de Manolete en Chicote, Azorín en su casa sombría, escribiendo al alba, los locos del Gijón, los estudiantes contra Franco, los artículos de Ruano, las violencias de Cela, los grandes espectáculos, esa gimnasia continua y cruenta entre el Poder y la Libertad.


Madrid era Madrid. Madrid era la ciudad de los políticos y las flamencas, de los poetas y las putas. A mí me parecía que en Madrid no se hacía otra cosa que escribir artículos y cantar flamenco. Me quería hacer sitio en Madrid. Me fascinaban los periódicos de Madrid, obviando la censura, que a mí no me molestaba nada, pues que yo buscaba sólo la literatura. Hoy, ya viejo, después de siglos, pienso si no he seguido siempre fiel a aquel Madrid naïf de mis sueños adolescentes, por debajo de todo lo que sé de Madrid. Cuando me cansa Madrid, que ya es casi a diario, me retrotraigo a aquel Madrid mental, fourieriano, inventado, simplificado, que mantuvo mis primeros sueños de escritor y de hombre.


Renunciar a Madrid sería renunciar a mí mismo. Nací en Madrid, dato que aquí no interesa demasiado, pero, aunque hubiese nacido en Triana, creo que mi vocación sería Madrid, que tiene un poder aglutinador que lleva a la diabla, como si nada, pero que ahí está. En países tan centralizados como España y Francia, donde hay que triunfar es en la capital. La gloria de provincias es como tirarse a una fea: ha sido fácil, pero no valía la pena.

lunes, 17 de marzo de 2008

Saudade


He aquí una de mis paranoias publicada en el penúltimo Aula Magna de Almería:

Una de mis palabras favoritas no tiene traducción al español. Si bien ella misma es bella en su propia pronunciación, “saudade”, es su significado el que atravesó mis tejidos y alcanzó mis entrañas. La “saudade” es un vocablo galaico-portugués, intraducible a cualquier idioma, que marca la esencia de toda una cultura.

Aunque no podamos encontrar un término equivalente en nuestro rico castellano si podemos intentar definirla; la “saudade” es el sentimiento del recuerdo melancólico de una alegría ausente pero que puede retornar en el futuro. La “saudade” es, por tanto, una emoción, un sentimiento, un pensamiento en el que tiene cabida la nostalgia por la felicidad pasada, la resignación del presente y la esperanza del futuro, en un mismo instante, en una misma palabra. Es el alma de todo portugués, gallego o brasileño. Y como el arte individual es la expresión del alma de un individuo concreto, el alma de una cultura también puede materializarse en una, o varias, manifestaciones artísticas. Es así como, de la inmensa palabra “saudade”, nace el fado,en el que la “saudade” es el principal de los sentimientos cantados, así como los versos de Fernando Pessoa, tan ligados al mismo fado, pero también otras manifestaciones más lejanas, al menos aparentemente, como la bossa nova o la samba.

lunes, 10 de marzo de 2008

LOS PEPEROS DE BASE SON ANTIDEMOCRÁTICOS


Como colaborador de la CADENA SER, ejemplos de intolerancia fascista, como éste que os enlazo, me van confirmando la teoría de que los fascistas son lo menos español del mundo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

CANCIÓN ELECTORAL ( III Artículo en Málaga Hoy)


La decencia, en la inestable vida política, se ha ido disipando en esta climatología patria de nubarrones perpetuos sobre un suelo cada vez más insoportable. Vuela algún globo coloreado de siglas en la fiesta de un mitin, sobre un horizonte de dudas, y España, lo que va quedando de esta tierra de moros y godos, se prepara para una campaña electoral donde la víscera acabará con lo que nos restaba de materia gris.

Este país, con una juventud ahora menos mendicante, asume en sus costuras de miseria nacionalistas que el futuro dependa de un voto, más disputado incluso que el del señor Cayo en la obra de Delibes. Las cartas encima de la mesa han sido depositadas con una clarividencia que no debiera llamar a engaño. Las dos Españas se hacen irreconciliables cada día, y el españolito que viene al mundo, en su inocencia televisiva, concibe el espectáculo electoral como un paso más del neosagastacanovismo.

La clase obispal, bien comida y sonrosada, clama por la pérdida del palio y los privilegios; las fuerzas vivas han pasado de la Iglesia al escenario, y el cambio climático, del que se burlan algunos primos que no debieran, desertiza un país que la derecha siempre vio como un inmenso solar: acaso piensan ellos que la democracia es un sueño americano de poceros y nuevos ricos en las costas, de Algeciras a Cadaqués.

España, aparta de nosotros este cáliz, cantaría César Vallejo, de nuevo, oteando este páramo peninsular que algunos ilusos consideramos nuestra casa. La emigración española en Francia aconsejó el año pasado al presidente Zapatero en Toulouse que recordara la bandera, que no cediera el mástil y el trapo a quienes se agazapan en las dificultades, se erigen en los desfiles de la Castellana y nos recuerdan con caducas banderitas sus cuatro decenios de progreso y bienestar. Porque, hablando de banderas, entre la urticaria a la rojigualda y la devoción ficticia por el trapo de Wifredo el Velloso, ha muerto el cuatrienio socialista que ha puesto a los charnegos de cercanías entonando el “Escolta Espanya” de Maragall.

Ahora los titiriteros se han ido con Zapatero, se han colocado unas cejas circunflejas y aseveran con poco histrionismo que eso de la comedia en un país de dramas ha ido mejor desde que el leonés timonea Moncloa. No lo dudamos. Si acaso, cuidemos de la famélica legión que vive el día a día como una aventura de pocos euros y mucho tesón: los que fantaseamos con ese imposible que es llegar a fin de mes.

Quisiéramos también alertar en esta plegaria, que suena a despedida de la legislatura, sobre el negro futuro que puede deparar la abstención. En una guerra fratricida de televisión, periódicos y charlatanes, al usuario de la democracia no le queda más que dignificar la figura de una urna. Fortalecer con el voto, en suma, un sistema que costó sangre, sudor, lágrimas e, incluso, alguna que otra traición a la ortodoxia severa del pensamiento y el exilio.

Los apocalípticos, que siempre fueron mayoría por estos pagos, aseveran con el entrecejo fruncido que vamos hacia un guerracivilismo de nuevo cuño. Piensan que el clima que se respira en las rotativas y en los mármoles atufa a radicalismo: olvidan, cosas de la edad, que una nueva generación no está dispuesta a dejar pasar ni una; que los que nacieron más allá del 75 fueron paridos inmaculados y, como tales, tienen derecho a cambiar democráticamente cuanto se les antoje. Especula la juventud, estimo que con razón, que el posibilismo y la teoría del mal menor o el voto útil configuran el primer obstáculo a la utopía.

El patriotismo, en su defecto alarmante o en su exceso retrógrado, establece en estas calendas preelectorales que el apego al terruño es una condición indispensable para ganar un milímetro decisivo de titulares. La tribu de los hispanistas nos quedamos cada vez más solos; el país donde nacimos es moneda de cambio y no supimos – o no quisimos- arrimarnos al ascua regionalista de una autonomía taifa. Craso error.

Todo va a ser que morir por la democracia, como ya alertó mi admirado y estudiado Julio Camba, sea como morir por el sistema métrico decimal. Parece que el Apocalipsis se acerca, los prelados llaman a una guerra santa de pancartas, y sus voceros, con sillón parlamentario, adulan la negrura atávica del cirio clerical hispano.

Atardece en Málaga un invierno preñado de abriles. El sol declina su justicia bajo las serranías de Ronda y todo va plagándose de sombra. Dentro de poco, la cerveza recalentada de un mitin y el paseo de políticos interrumpirá la costosa normalidad. Unos acabarán hastiados de las siglas, otros castigarán en blanco la contradicción al programa electoral. Serán muchos los que, desilusionados, harán frente común con aquellos que ni por asomo han experimentado la magia, cada vez más decadente, de unas elecciones.


Jesús Nieto es escritor.

sábado, 16 de febrero de 2008

PRESENTACIÓN LIBRO (Crónica de www.agustinrivera.com )


Crónica de Agustín Rivera sobre la presentación del libro 11-M. Cartas al director. Por su interés la reproducimos.

Acabo de llegar de otro acto cultural. Eulogio Paz y sus cartas al director. El 11M. Es el padre de Daniel Paz Manjón. Lo edita Planeta Rojo. Jesús Nieto y David Tejeiro capitanean la editorial. Las cartas que escribió a El País (y no le publicó el periódico). Contra Aznar. Contra el Gobierno del PP. La foto de las Azores. Contra la Guerra de Irak. Cabeza bien amueblada, el sentimiento de un padre que pide la cadena perpetua para los asesinos de Daniel. Un recuerdo que Eulogio mantiene vivo. Lucía corbata negra.

domingo, 3 de febrero de 2008

RIVERA EN MADRID


Leo con sorpresa a http://www.agustinrivera.com/, y me cuenta que anda disfrutando de los cafés de Madrid. Dice que Umbral se pasea por la tarde matritense y que el Gijón, y el Comercial, y el Valera, y el Teide, y el Marathon y el Nebraska perviven como anacrónicos reductos de un mundo que nunca podré conocer. Al menos, me queda el consuelo de compartir con Rivera esa pasión por los cafés en barra larga, Madrid invernal y Cela apelando, sotto voce, al espíritu de La Colmena. Luchemos, pues, por ese Madrid hambriento, bohemio, absurdo y brillante. (Valle dixit).

sábado, 26 de enero de 2008

TRIBUNA EN MÁLAGA HOY (A propósito del AVE )


Trenes. Pájaros achatados y supersónicos en la monotonía manchega de un campo invernal. Como en un lienzo impresionista, el paisaje se diluye ante los ventanales; el tiempo adquiere visos de inmediatez, y la distancia se trasmuta en anécdota feliz entre estaciones futuristas. El AVE hace ya unas fechas que dejó en esta ciudad, que fue vía muerta durante decenios, un regusto capitalino a Madrid.

Cantan los carteles que jalonan las marquesinas del 11, empecinados en su mensaje simple, que en dos horas y medias el corazón de España queda conectado con Málaga “la cantaora”. Apenas un suspiro entre la Ciudad del Paraíso y el “rompeolas de las Españas” ; la castiza modernidad de Madrid, en suma, a un sueñecito de esta urbe mediterránea que ha ido creciendo gigantesca con poca convicción de metrópoli.

Con la llegada de la Alta Velocidad Española a Málaga se inicia una nueva era para nuestra ciudad. A un puerto de relevancia se le suma la hermandad férrea con la capital, ahora que, tras tanto ruido de nacionalismos periféricos, las regiones más castizas nos unimos para cerrar modestamente lo que queda de España. Los trenes vertebran territorios y dotan de venas y sentido a un país que se desangraba por la escasez de un tejido afectivo que ha venido a arreglar una locomotora, algo impuntual y necesaria.

Señores, ha llegado el AVE y la velocidad se impone a las anacrónicas imágenes de un TALGO botijero bordeando el desfiladero de El Chorro, como en una estampa sacada de los primeros western filmados a Technicolor. La Alta Velocidad llama a la capital de la Costa del Sol mientras que los políticos, ávidos de réditos electorales, se apropian de una de las pocas victorias ciudadanas que nos van quedando a los que integramos aquello del tercer estado.

En el centro de las vías, como un guardagujas perverso, el debate político se ha instalado con convicción; el detalle del retraso más o menos continuado de los primeros AVES entre Atocha y Zambrano ha elevado dorsianamente a la categoría de gran política este neófito tren malacitano. Lejos de las estadísticas, de Magdalena Álvarez y su persistencia numantina a abandonar un carro eléctrico y tranviario, los ciudadanos tenemos una oportunidad de oro para auparnos al adelanto y demostrar, ahora que hemos alcanzado la “tercera modernidad”, que somos el pulmón económico de Andalucía y uno de los corazones de esta España invertebrada.

Definitivamente el progreso nos llegó por Navidad. Zapatero, hierático, celebraba con moderación el proyecto estrella de Fomento y a los ciudadanos se nos quedó cara de regalados. Hemos de ser conscientes de la potencialidad turística del AVE y evitar que el progreso, aún con macroestación, no pase de largo como los americanos por Villar del Río en la inolvidable película Bienvenido Mister Marshall de Luis García Berlanga.

Cabe, por último, reflexionar sobre el redescubrimiento cada vez más accesible de Madrid y el afianzamiento definitivo del turismo patrio, el de suegra, tortilla y melón playero, que es, en última instancia, el que nos cuadra las cuentas del chiringuito costero, institucionalizado como industria hotelera.

Ahora, con la prosperidad ferroviaria, Málaga es una apéndice de la línea 1 del Metro de Madrid, pasada Atocha y los sures grises de Madrid. Los atractivos de Málaga son indudables pero, no obstante, es preciso que al paseo de Rodin por Larios y a la segunda residencia de Picasso en la judería, añadamos una vida cultural potente que no por pretenciosa deja de ser viable.

Es tiempo de subirnos a los trenes, de tomar vías y horizontes más allá de estas cuatro paredes. Es tiempo de que el malagueño, henchido de mente y espíritu, se acomode junto a la ventanilla y sintamos que estamos en Europa cuando el tren rebase la ficticia frontera de Los Prados.

Acomodémonos junto a la ventanilla del primer AVE a Madrid, en el vagón machadiano de tercera, y recapacitemos, ahora que llegan las rebajas de enero en el tapete parlamentario, sobre qué ideas traen la Alta Velocidad y cuáles confían el progreso a las autopistas de peaje.

Con el tren, al menos, la España que para algunos se rompe puede ir cicatrizándose. A lo mejor, entre estación y estación, algunos aprenden que el patriotismo es un vagón rápido y no una bandera perfumada de naftalina.


Jesús Nieto Jurado es escritor, periodista y director de la editorial “Del Planeta Rojo Ed.”

jueves, 24 de enero de 2008

EL FIN DEL AÑO DE LA RUBIA

Ya he terminado de escribir, en la primera versión, la novela "El año de la rubia". Acaba con estas palabras:

Que le follen, pensé, y anduve por Embajadores hasta dar con una pensión barata.

domingo, 20 de enero de 2008

POR LA CULTURA LIBRE



Ahora, la progresía cultureta, en clara alianza con la choricería de la SGAE, ha conseguido aprobar el canon. Lo que no vendio Bautista con Los Canarios, o Ramoncín meándose en el público, lo ingresarán gracias a este Gobierno de pijos moderadamente guapos y afeminados. O sea. Si no fuera por EMULE, cómo coño podría llegar mi generación de parias a Scorsese, Campanella, Cuerda o Fellini.

Os dejo un gran artículo de Juan Bonilla en SUR. (Por cierto, es creador y se opone al canon).

EL CANON SOSPECHOSO

Considerar que el ciudadano es sospechoso y por serlo ha de pagar una tasa, nos coloca en una situación delicada, de estado policial IMAGINEN un día del ancho futuro en el que, no sabemos cómo, pudiera controlarse quiénes protagonizan nuestras fantasías sexuales. Inmediatamente la Sociedad General de Autores, ella sí que sabrá cómo, se pondría a la noble tarea de recaudar para los inspiradores de actos masturbatorios, un canon que satisficiera sus derechos de imagen, utilizados por los ciudadanos en su vana intimidad.

Lo bueno es que habría gente que viviría de lo que facturase gracias a las pajas que inspira a desconocidos -o no tanto, la vecina del quinto se haría de oro gracias a las íntimas fantasías que inspirara a los de su comunidad-; lo malo es que es mejor no pensar en las parejas que se romperían cada fin de mes cuando llegaran las facturas desglosadas en las que se indicaran a quiénes les había dedicado cada uno de ellos sus más lascivas fantasías. Dado que dicen los sociólogos que los cuerpos que más fantasías eróticas inspiran son los de los famosos, estos podrían ingresar auténticas fortunas por derechos de imagen: no quiero ni pensar en cómo sería el desglose de la factura de un Bradd Pitt o una Naomi Campbell. Esa excursión a la intimidad de cada quien puede parecer, con toda razón, absolutamente inverosímil en la actualidad, pero paciencia, las cosas siempre pueden empeorar.

Y ya tenemos un primer paso de ese nuevo Estado Policial con el canon digital recientemente puesto en marcha y gracias al cual, por satisfacer la demanda de la Sociedad General de Autores, los compradores de discos vírgenes, puertos de USB y otros artefactos tendrán que pagar como sospechosos de actividades ilícitas, pues se supone que esos artefactos los utilizarán grabando obras de las que otros son autores con derechos a ser recompensados, aunque utilicemos esos artefactos para grabar fotos que hemos hecho nosotros -que como no somos artistas, no tenemos derechos de autor. Así que puestos en el primer caso, el de los actos íntimos, es como si por derechos de imagen por los onanismos que la población practica, se exigiera un canon con el que satisfacer sólo a los famosos, dado que se supone que sólo son ellos los que inspiran esa clase de actos, sin tener en cuenta en la libertad de cada quien en pensar en quien quiera cuando se encierra con sus fantasías a desahogarse un poco imaginando que gasta las yemas de los dedos en la piel inventada de alguien real.

Si es bien cierto que la piratería es un tiburón peligroso que ha rebajado muchos enteros las ganancias de los creadores, no lo es menos que legislar considerando por principio que el ciudadano es sospechoso y por serlo ha de pagar una tasa, nos coloca en una situación delicada, de estado policial. Bien es cierto que, como dicen los abogados de la SGAE, precisamente por la dificultad de demostrar que el ciudadano no va a cometer un delito después de comprar su producto, el canon es muy bajo, pero lo que aquí importa es esa deducción que decide lo que el ciudadano, sin excepciones, va a hacer con su compra.

Un «por si las moscas» que si aplicáramos a otros productos nos llevaría a un sinsentido grotesco, pues aflorarían otros cánones tan disparatados como este: cuando compramos un coche, habría que pagarse un canon a la dirección General de Tráfico, por los semáforos que podremos saltarnos en rojo con el coche recién comprado; cuando compramos un cuchillo tendríamos que pagar un canon por si lo utilizamos para herir a alguien en vez de para cortar un filete; cuando compramos un cuaderno tendríamos que pagar un canon por si nos da por copiar en él bonitos poemas de otros Y así hasta llegar al no va más de este nuevo estado de fiscalización de la intimidad: el tarareo. Tendríamos que pagar un canon no más nacer por las canciones que tararearemos, canciones que no son nuestras sino de sus autores, y por cuya reproducción tendríamos que pagar cada vez que las tarareáramos. Algo así es lo que propone este canon digital que nos convierte en sospechosos inmediatos y decide que «por si las moscas» tenemos que aceptar esa condición pagando unas monedas a autores cuyas obras, quizá, no nos interesen nada.

http://www.diariosur.es/prensa/20080120/opinion/canon-sospechoso-juan-bonilla-20080120.html

sábado, 12 de enero de 2008

Muere Ángel González

Lloran los plomizos cielos del norte minero por este gran poeta. Lo conocí gracias a un poeta algecireño y al camarada Sabina. Descanse en paz.

CAPITAL DE PROVINCIA

Ciudad de sucias tejas soleadas: casi eres realidad, apenas nido
sólo un rumor, un humo desprendido,de las praderas verdes y asombradas.
Luego hay hombres de vidas apretadas a tu destino semiderruido
y muchachas que crecen entre el ruidoc ual si estuvieran entre amor sembradas.
A casi todas miro tiernamente,
y los viejos alegran tus afuerascon sus traviesas cabelleras blancas.
Yo estoy contento y,
cariñosamente,
caballo gris me gustaría que fueras
para darte palmadas en las ancas.